Cualquier
cosa, persona o substancia que cubra alguna de nuestras
necesidades, especialmente si nos produce algún tipo
de placer o satisfacción, tiene capacidad para provocar
adicción.
Cómo
manejamos nuestra relación con esos agentes capaces
de proporcionar placer es lo que diferencia una adicción
de una búsqueda lógica y racional del placer.
No
todos los sujetos tienen la misma capacidad de manejar esa
situaciones.
Hablamos
de adicción cuando esa búsqueda del objeto
placentero interfiere de una manera significativa con el
resto de nuestra vida.
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Ludopatía (adicción al juego)
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Adicción a Internet.
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Toxicomanías (adicción a sustancias)
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Adicción al sexo.
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Compras compulsivas.